La comunicación en el matrimonio

Dice el dicho que “hablando se entiende la gente” sin embargo, algunas veces parece que a pesar de que hablamos y hablamos, no logramos entendernos.

¿A qué se debe esto?

Probablemente se debe a que no aprendimos a comunicarnos efectivamente o que nos falta práctica en alguno de las habilidades  necesarias para una comunicación efectiva, y esto en algunas ocasiones puede causar o evitar resolver conflicto o tomar acuerdos en pareja.

La comunicación es como un juego de tenis, donde se requiere de una cancha, dos jugadores y…

Cada vez que un jugador le pega mal a la pelota o no le pega, el juego se detiene, se anota el punto correspondiente y hay que volver a sacar.

Mientras más fluido es el juego, más divertido resulta para los participantes, y por el contrario, cuanto más interrupciones se presenten, más tedioso resulta el encuentro.

Un problema en la comunicación se genera si no se aplican los elementos necesarios para que sea fluida y efectiva, convirtiéndose en un encuentro molesto y deficiente.

Si deseamos una comunicación efectiva, nos ayudaría aplicar los siguientes elementos:

Ser empático

Ponernos en el lugar del otro.  En ocasiones, en la comunicación en la pareja estamos más ocupados en exponer nuestro punto de vista que en entender lo que la otra persona  está sintiendo.

Carecer de empatía es ver los problemas sólo a través de nuestra propia perspectiva y no nos estaríamos comunicando. A veces los argumentos de tu pareja podrán parecerte poco sólidos, pero su sentimiento siempre será real. El corazón no entiende de argumentos, solo necesita que otro corazón lo comprenda para poder calmar el sentimiento y volver a conectarse con la mente para poder razonar.

Es importante para resolver los conflictos de comunicación escuchar y comprender, cuando la otra persona siente tu empatía, de inmediato deja de atacar o cerrarse y entonces el clima para llegar a una solución comienza a surgir.

Evitar el chantaje

Que es una forma de extorsión para que la otra persona diga lo que queremos oír o haga lo que deseamos que haga; el único resultado es que se sienta usado y finalmente reaccione con un enojo desmedido o con total indiferencia.

Por lo anterior necesitamos aprender a comunicarnos en forma directa y auténtica, es decir, efectiva, y evitar el chantaje, que convierte a la comunicación en discusión.

Ser claro en nuestros mensajes

Algunas complicaciones en la comunicación se generan por la falta de claridad, esto puede ser por temor a herir, a que se den malos entendidos,  por lo que caemos  en rodeos para ver si la otra persona interpreta lo que se desea comunicar. Con este estilo de comunicación se ocasionan mayores confusiones: se va creando una enorme bola de nieve con los malos entendidos y cuando el mensaje al fin le llega claramente a la otra persona a veces es tarde y la relación está lastimada.

Expresar claramente nuestros pensamientos y sentimientos ayuda aumentar la empatía y construir juntos el clima franco y abierto para resolver los conflictos y lograr una efectiva comunicación  en el matrimonio.

El respeto

La buena comunicación nos brindan la posibilidad de aumentar la confianza en el matrimonio. Es fundamental cuidar la delicadeza en el trato y conservar las buenas formas para cultivar una comunicación respetuosa.

Escuchar efectivamente

Para ejercitar la escucha efectiva es importante que exista la libertad y comodidad al hablar; para ello, hay que evitar reaccionar negativamente, es decir, juzgar, burlarse, ser imperativos, advertir, ser lógicos y, por supuesto, bajar el ruido interno que se genera si se está preparando una respuesta a lo que la otra persona está diciendo o bien haciendo un juicio  o pensando en una respuesta defensiva, pues esto evita escuchar ampliamente el mensaje.

Escuchar efectivamente requiere ir más allá de las palabras, observar el lenguaje no verbal, la emocionalidad de la persona y poder entonces ser empático y comprensivo con la pareja, percibir sus sentimientos y darle la seguridad de expresarse con confianza.

Hay que  esforzarse y perseverar en la práctica de este estilo de comunicación para fortalecer los lazos de amor en el matrimonio; mostrarnos tal y como somos sin temor a ser rechazados. Al ser plena y constantemente aceptados aumentamos la comprensión, las posibilidades de solución y se genera una comunicación clara, auténtica que aumenta la intimidad y unión.